Mi trabajo es de una dudosa moralidad, no sólo porque no creemos riqueza y ayudemos a centralizarla en vez de distribuirla, sino porque la naturaleza misma de la actividad es bastante sucia. Los gestores de impagados somos (como decía Iza) macarras, rompepiernas legales, asustaviejas de oficina. Poner contra las cuerdas a los valientes que se han atrevido a montar un negocio con la que está cayendo no me hace sentir orgulloso. Sin embargo el ser humano busca siempre subterfugios para deshacerse de la culpa y la moral cuando no se adapta a sus circunstancias y siempre encontramos una poderosa justificación a los actos que nos avergüenzan.
A mi me encanta crujir a los señoritos andaluces engominados que se creían intocables. A las arpías histéricas que pensaron que se harían ricas abriendo la tienda más exclusiva del pueblo y miraban por encima del hombro a sus vecinas. A los medianos empresarios de actitud chulesca que debían dinero a sus empleados pero a los que nunca les faltó pasta para farlopa. A las niñas pijas que abrieron un estudio de diseño con el dinero de sus padres (los del ejemplo anterior) y se ríen pensando que tu llamada es una broma porque no son capaces de concebir el concepto “deber dinero”. A todos los que, con el boom económico de hace unos años, se hicieron ricos con la misma rapidez con la que se lo han gastado en coches deportivos y apartamentos de lujo, ahora embargados. Se creyeron (¡pobres!) la mentira neocon no ya del éxito fácil, perfectamente digno y posible, sino del éxito sin talento ni aportación. Nunca se imaginaron llorándole a un vulgar teleoperador con la cuenta corriente a cero que, de repente y gracias al deterioro de las categorías profesionales, tiene en su mano el delicioso poder de soltarles a los perros de la justicia rápida.
Pero, ante todo, me encanta llamar a los promotores inmobiliarios arruinados.
27/3/09
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el consuelo de la justicia |
22/3/09
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carroñeros |
Quisiera recordaros que, en estos tiempos que corren, servidor trabaja de gestor de impagados. Mi trabajo consiste en llamar a pequeños empresarios y autónomos (A) que deben dinero a otros empresarios (B) y recordarles que, si no nos pagan a nosotros (la aseguradora que cubre los impagos de B) nuestro departamento jurídico les va a crujir. Oigo de todo al cabo del día. Señorones a los que hace un año nadie se habría atrevido ni a soplar ahora se ven obligados a implorarme por teléfono que retenga su expediente en tramo prejudicial una semana más, bajo amenaza de pegarse un tiro porque es lo único que les queda, a la espera de que milagrosamente alguno de los pagarés que han aceptado de terceros no vengan devueltos. Mujeres de mediana edad, que abrieron un comercio gastándose los ahorros de toda una vida para encontarse con una tonelada de género pendiente de pago, que tienen que desalojar un local cuyo alquiler no pueden pagar el mes que viene. Por no hablar de los chapuceros intentos de algunas empresas (B) de colar facturas duplicadas o falsas para cobrar del seguro.
Cuando estaba en el otro departamento, el del banco, era aún peor. Allí oía llorar a madres solteras, en paro desde hacia un par de meses, mientras les avisaba de que íbamos a ejecutar su hipoteca y llevarla a juicio monotorio (de un día de duración) para embargarles la casa. También soportaba las soflamas de temporeros marroquíes gritándome que lo que en verdad ocurría es que yo, como español, era un racista por querer quitarles la tele de plasma comprada a plazos que ya no podían pagar.
Este es un trabajo que no genera ninguna riqueza, solo la reconduce de vuelta al lugar de donde salió brevemente, a dar una vuelta: El éter del interbancario. Somos carroñeros picoteando en los despojos del cadáver del estado del bienestar en busca del poco alimento que queda en él. Sin embargo como periodista estoy aprendiendo de primera mano muchas cosas sobre como funciona de verdad la crisis y el sector económico, y me está ofreciendo un material estupendo (que ya estoy recopilando) para el blog. En breve más información.
18/3/09
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putiferio |
Uno de los principios de este blog es la máxima latina de 'si actio non contemplatio'. Hay ocasiones en las que se va a los sitios a ver qué se cuece y otras a liarla. Ayer me fui a Alimentaria 2009 con La Niña Fatal a ver los stands que ella había diseñado para algunos de los expositores en su curro, y ya de paso nos calzamos unos vinazos de escándalo por la patilla (Yllera Vendimia Seleccionada 2004 o Protos Crianza 2005). 'Este plan es la hostia' le dije '¡Priva de lujo gratis!'. Lo mejor vino cuando me enteré de cómo se conseguían las acreditaciones: Te metes en la página web del evento, te inscribes como profesional del medio dando los datos que te salgan de los cojones y pista. Inmediatamente pensé que era un plan perfecto para proponer a mi adláter en 100% APOCALYPSO. Así que después de comprobar como a los tíos trajeados se les trataba a cuerpo de rey mientras que a la gente de normal se nos ignoraba impertérritamente hoy nos hemos plantado allí El Meister y yo, todo maqueados, a tirarnos el moco como prensa especializada en el arte del churrar.
Hay que ver lo que cambia un sarao de estos cuando vas de americana. Con La Niña Fatal nos costaba lo suyo que nos pusieran un vino. Pero con El Meister en plena forma rockera nos pedían tarjeta de empresa después de calzarnos unos Sauvignon Blanc. El arte del mamoneo comercial es una disciplina digna de estudio. Tirando de los conocimientos vitivinícolas que adquirí cuando trabajaba en La Cárcava nos hemos puesto jinchos de morapio discutiendo sobre las cualidades del verdejo y dábamos el pego elegantemente. Mientras, El Meister se encontró con al menos seis antiguos compañeros de colegio, ahora engominados hombres de negocios, que seguramente ocultan muy bien nocturnas e inconfesables pasiones políticamente incorrectas. Y entonces me acordé de algunos aspectos relacionados con el diseño de los stands que La Niña Fatal me había comentado el día anterior:
-A algunos expositores no les interesa tanto el diseño del stand en sí como que las azafatas tengan las tetas bien gordas y luzcan escote y que, además, acompañen luego a los clientes a sus hoteles.
Y es en este punto cuando surgió la frase que da título a este post: Mientras que algunos nos tenemos que conformar en nuestra vida cotidiana con pan y circo, otros disponen de putas y feria. El auténtico vicio está mucho más cerca de los trajes y las corbatas de lo que pudiera parecer. Principalmente porque se los pueden pagar.
16/3/09
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medio ambiente laboral |
Tengo la suerte de trabajar en el único sector económico en alza actualmente: El recobro. Bueno, tampoco les va nada mal a las harineras (una amiga de La Niña Fatal que trabaja en una panificadora nos dice que es increible la de pan que consume la gente en tiempos de crisis), las plantas de Don Simón, Steinburg y otros vinos y cervezas baratos, las condoneras (follar es gratis, que anunciaban los chicos de El Jueves) y cualquier otra empresa que intervenga en el ocio barato que tenga lugar sin salir de casa.
A mi empresa además el alquiler de las instalaciones le sale gratis: Se lo paga el gobierno autonómico, al igual que los equipos informáticos. Por no hablar de las subvenciones al contratar a una plantilla mayoritariamente femenina, de mediana edad y en paro. Sin embargo que a la patronal le vaya bien no significa que a los empleados nos ocurra lo mismo. A imagen y semejanza de las legiones romanas o los campos de concentración, esta empresa, que empezó haciendo contratos indefinidos y reconociendo de primeras la categoría de 'gestor' (en lugar de contratar 'teleoperadores' rasos) ahora están empezando a despedir a uno de cada diez empleados para incentivar el rendimiento de los nueve supervivientes. El problema es que recobrando el factor suerte es decisivo y una mala semana puede ponerte en una situación muy delicada, así que voy a calzarme mi mejor sonrisa y a pedirle una carta de recomendación a mi jefe, por lo que pueda pasar el mes que viene. Y esto se debe a que otra empresa del sector en la zona acaba de cerrar, dejando a cerca de doscientas personas con más experiencia ávidas de hacerse con nuestros asientos calientes por (aún) menos dinero que nosotros. 'Ellos son el verdadero enemigo', parecen recordarnos nuestros superiores inmediatos.
Por otro lado un minoritario y especialmente incendiario sindicato ha iniciado su actividad aquí, con lo que el ambiente está de lo más animado. De hecho no sé como he tardado tanto en volver a escribir sobre estas cosas. En breve más divertidos episodios en el fantástico mundo de las grandes empresas emergentes.